La espera

Acá estamos con Clarita, esperando que la vengan a buscar para ir al liceo, cada una en lo suyo pero conversando con frases sueltas y respuestas demoradas.

Este año pintó así, de ritmo raro, atemporal. No sabemos bien si es agosto o marzo, si hay clases o aún no arrancan, si esta es la forma de vida que queremos o es un espanto.

Todos los ciclos a los que fuimos adiestrados año tras año marcados por el colegio, la facultad, la tierra y sus paseos alrededor del sol, fueron trastocados y me tienen mareada en una calesita que no sabés si te divierte o te va a hacer vomitar. O un poco ambas cosas. 

La Calma

Afuera llueve.
Este invierno debe ser de los más lluviosos que recuerde.
Quedará para la historia por la pandemia, supongo, pero para mí será ese año en que me reconcilié con la estación que detestaba.

Sosiego. Esa es la palabra. Ruhe

Y la casualidad me trae al poner el traductor a esa palabra que repica en mi cabeza hace días porque recuerdo que un cartelito en la casa de mis abuelos decía: Wo zwei sich lieben, herrscht Ruhe und Frieden. Y acá somos cuatro.

Back to the future

Nadie resiste el archivo, dicen
Y sí, leo mi entrada de #niunamenos  tan políticamente incorrecta hoy. Miraría mal a alguien que opina algo como lo que dijo mi hijo. Pero entendí en ese momento desde donde me lo decía.
Creo que si le leo esa entrada a él, también sentiría cierta vergüenza. Pero de eso se trata, no? De construir sobre lo deconstruido. Y de esperar a quien hoy piensa como ayer. 

Culpemos a Mercurio retro

O a Perica.
O a esa llamada hoy  que me llevó a cuando salí de Buenos Aires para volver a Montevideo
Hace tiempo que viene rondando la idea de volver por acá.
Veremos